martes, 29 de marzo de 2016

Los Plazos Perdidos

Era como si estuviera cumpliendo la atroz condena de andar por una eternidad entre cifras, tablas de un gran calendario empotradas en las paredes -cronología de laberinto, que podía ser la de mi existencia, con su perenne obsesión de la hora, dentro de una prisa que sólo servía para devolverme cada mañana, al punto de partida de la víspera. 
                                        Alejo Carpentier; “Los Pasos perdidos”


El sistema de trabajo de un equipo de ventas y especialmente en venta repetitiva, tiene objetivos mensuales, metas por semana, revisiones diarias y un montón de cosas más, que son las que contribuyen a mantener el empuje no importa las circunstancias.  El plazo de visión y del sistema de trabajo como tal, tiene mucho que ver con el tiempo requerido para lograr una venta que no es más, que el tiempo que se requiere para generar un cambio en el comportamiento de compra de un cliente.  En la venta de productos de consumo masivo, se encuentran elementos como la revisión diaria, las metas semanales y demás.  Todo incentiva al corto plazo, que como vimos en otro artículo, es el que guía el trabajo del vendedor.


En el otro extremo, las estrategias y el marketing se construyen a un plazo mucho mayor.  La misma estructura de una red de ventas, se crea pensando en un plazo de tiempo que va más allá de un año, en ocasiones mucho más.   

Un sistema de ventas con su estructura y hasta su ejecución, pasa por todos los plazos, teniendo elementos que se evalúan a largo plazo y hasta otros, como la ejecución día a día que realizan los vendedores, que se trabaja en plazos de una semana o incluso, de control diario.

La estructura de ventas en sus diferentes niveles y funciones, se ocupa principalmente de trasladar los elementos desde esos plazos largos en los cuales se construyen estrategias y se divisan futuros, a través de los diferentes plazos de acción (un año, un trimestre, un mes, una semana), para convertirlos en actividades y acciones que en el ciclo de cada plazo permiten generar cambios y evaluar el camino avanzado.  Los gerentes, jefes de territorio y supervisores entre otros puestos que pueblan la estructura de una red de ventas, no diferencian sus funciones simplemente por el nivel de responsabilidad que tienen a cargo, sino que se distinguen por el plazo sobre el que deben tener visión y sobre el que deben influir.  La acción de cada uno está marcada por:  el plazo del que les vienen las guías de acción, el plazo en el que deben planificar y actuar y por último, el plazo al que deben trasladar sus planes para que se ejecuten en el siguiente nivel.

Me refiero a un ejemplo, para no quedar nadando en un poco de teoría.  El supervisor o jefe de territorio, recibe unos objetivos para este trimestre (primer plazo), con los cuales debe impulsar ciertas líneas de producto.  Él o ella, debe definir entonces lo que generará en cada ruta mes a mes (segundo plazo); a qué clientes apuntará, qué puede esperar de cada persona de su equipo de ventas, etc.  Podrá presentarle a cada vendedor sus objetivos cada mes, pero además realizará un seguimiento semanal o incluso diario en algunos casos (tercer plazo), asignándoles tareas a cada uno de los vendedores.  En definitiva, convierte una visión de un plazo (trimestre), la desarma en el plazo que le es manejable (mensual) y la aplica en un nivel que sea posible de manejar para su equipo de ventas.  Esto porque los personajes; gerencia, jefaturas, supervisores y vendedores, son responsables de generar cambios en plazos diferentes.

Poco se ganaría con presentarle el plan anual a los supervisores y dejárselos de tarea para el futuro.  Nada se logra, mostrando un plan trimestral y en algunos casos hasta mensual al vendedor, para ver cómo le fue al final.  Insisto, la función primordial de cada puesto, es trasladar elementos de un plazo al siguiente e incluyo en esto al vendedor, siendo su paso siguiente el cliente en cada visita (vale aclarar que los plazos varían según el tipo de operación, por ejemplo en los supermercados, los plazos de toda la cadena son algo más amplios y así con los ejecutivos de cuenta y la Gerencia de Supermercados).

Llegado aquí, uno podría decir; ¿y?.  Porque entiendo que he llegado a casi una verdad algo simple y casi un lugar común.  Esto que se ve tan bien en la descripción teórica, en la práctica no se ve igual de bien (…aquí viene la rabieta).

Comencé con la cita de Alejo Carpentier y un juego de letras con su novela los “Pasos Perdidos” porque en la práctica el espacio entre los plazos de planeamiento y acción, está rellenado en los sistemas de venta, por algo a veces difícil de clasificar y que toma muy diversas maneras en las diferentes organizaciones.  Encontramos Gerentes que presentan el plan trimestral a los supervisores y después se pierden en el mes en cosas de operación diarias, sin haber trasladado a elementos ejecutables en el plano mensual.  Supervisores que asisten a presentaciones elaboradas, pero que no rinden cuentas de su planificación y por tanto, terminan refugiándose en el día a día de los vendedores, etc.  Habrá organizaciones en que nadie traslada el plazo trimestral, otras en que el paso del plan mensual al semanal se ha olvidado y otras, en que nadie le da seguimiento al equipo de ventas antes del 30 de cada mes.  Al final la conclusión es la misma; “las cosas en ventas son difíciles de cambiar”, situación similar a la descrita en la cita con que inicio el artículo. 

Las cosas en ventas sí pueden cambiar y de hecho, en cada plazo lo hacen constantemente.   Lograr plazos de acción efectivos no depende de capacitación simplemente, de buena voluntad de los participantes y tampoco, de capacidad intelectual.  Depende de los sistemas de trabajo que se tengan diseñados.  De los eventos de control que haya (reuniones, puntos de definición, etc.) y de hacer de la planificación (no la agenda, sino el definir las acciones) algo que no sea privado y personal o de voluntad propia.  Y claro, esas estructuras de trabajo no se diseñan pensando en el corto plazo, aquel lugar donde casi todo es inmutable.

Este es el concepto, al hablar de sistemas de trabajo entraremos en ese tema (queda aquí un link pendiente de desarrollo).

Para volver al tema principal:  Una tercera cualidad:  la flexibilidad.
Volver al punto anterior:  El corto plazo y la inmovilidad en ventas.

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